Antes de leer este artículo, respira un par de veces. Sé lo estresante que puede ser tener una relación secreta LGTBI en el trabajo.
El término secreto lleva implícito una serie de comportamientos y sentimientos que pueden ser difíciles de gestionar. Si además le añades que todo sucede en un ambiente laboral, la cosa se complica más.
Partamos de algo lógico y que a veces se nos olvida: si es secreto, es que hay algo que no quieres mostrar, así que hay algo que no es natural para ti.
No querer mostrar algo implica mucha atención y esfuerzo, así que voy a hablar de las personas que no quieren mostrar su orientación sexual en el trabajo, aunque lo puedes llevar a otros contextos si así lo prefieres (clase, grupo de amigos…)
Son muchas las situaciones que pueden suceder. En este artículo voy hablar de una muy concreta: Cuando una de las dos personas quiere algo más y la otra tiene suficiente. Cuando una está dispuesta a arriesgar todo y la otra no.
Y ¿Por qué ésta? Porque es la más común según mi experiencia profesional.
Algunxs leeréis este artículo y quizá penséis “qué dramática”. Es posible, pero las personas que han vivido esta experiencia LGTBI, sabrán que no es fácil gestionar estas situaciones.
Hagamos una línea temporal (la habitual, aunque no la única) de una relación secreta LGTBI en el trabajo:
El principio
Estadísticamente hay más posibilidades de encontrar una pareja en el trabajo, ya que pasamos más tiempo que en cualquier otro lugar y nos podemos relacionar con gente que habitualmente no lo haríamos.
Todo empiezas con el tonteo ¡es un subidón! Nervios, risas, ganas, motivación…
Hay complicidad y sabes que está pasando algo que solo las dos personas sabéis.
De repente tienes ganas de ir a trabajar, de arreglarte más y tu estado de ánimo y la energía se dispara en positivo.
Empieza el juego de la seducción. Buscas y quieres que te busquen. Es emocionante.
En ese juego del gato y el ratón, hay un momento que pasa a la siguiente fase, para algunos se convierte en una relación.
¿Qué pasa luego?
Ya tienes una relación LGTBI en el trabajo. Los principios son maravillosos. Si lo habéis vivido, ¿qué os voy a contar?
La sensación de morbo, de saber que hay algo prohibido entre las dos personas y que solo ellas saben lo que sucede. Eso engancha hasta límites insospechados.
Acabas buscando espacios donde robar un beso. Roces de mano al cruzaros. Lugares donde llegar a más.
Y así te sostienes, con esa energía que lo puede todo.
Es un momento de estar de acuerdo en todo. No te cuestionas si es lo que quieres realmente o si la manera como está pasando es lo que necesitas.
Y entonces algo cambia
Digo cambia porque suele pasar que una de las dos personas quiere algo diferente. De repente, una va más rápida que la otra.
Ahí sucede algo. Las necesidades empiezan a ser diferentes y los objetivos también y lo que para una de ellas es suficiente, para la otra se queda corto y quiere más.
La manera de vivirlo dependerá de las expectativas que hayas creado en ese momento, de hasta dónde estás dispuestx a llegar o si ya te va bien lo que hay.
Para una parte, está claro que el morbo ya no es suficiente para sostener la relación. Lo que antes era ocultar peligrosamente una situación, ahora le parece una mentira sin sentido.
Este es el momento en que muchas personas encuentran la motivación para salir del armario en el trabajo y están dispuestas a arriesgar. El sentimiento gana a la razón.
Para la otra parte, es fácil sentir el agobio de la pareja. También puede pasar que se sienta presionadx por dar un paso que no está preparadx a dar.
En este caso, parece que tu relación LGTBI en el trabajo se ha complicado
Lo nuevo por venir
Y llega el tercero en discordia ¡los celos!
Mientras una de las partes estará bien de cómo van las cosas, para la otra irá en aumento su malestar y no entenderá porque su pareja está bien y feliz cuando ella se siente fatal.
¡La imaginación al poder! Los celos pueden hacer que lo que parece imaginario se convierta en realidad.
¿Y qué viene con los celos? La inseguridad y la duda.
Dos estados que conllevan emociones como el miedo, la tristeza o el enfado/rabia.
Aparece el temor a perder a la pareja, a no ser suficiente y esa sensación de que esto tiene un fin.
Varios finales para tu relación secreta LGTBI en el trabajo
En este momento pueden pasar muchas cosas, pero yo te hablaré de dos opciones: la retirada o el enganche.
La retirada es darse cuenta que el malestar que sientes es superior a los beneficios que hay. Los celos, la inseguridad, el miedo… te acabas dando cuenta que es momento de dejarlo.
El enganche es esa energía que se apodera de ti y se convierte en una necesidad. Te acabas creyendo que sin la pareja no serás feliz y que de una manera u otra las cosas acabaran como tú quieres.
No sé cuál es la mejor opción para ti, pero te propongo que tengas en cuenta lo siguiente:
Sé consciente de la opción que te priva de la libertad, de la estabilidad y que antepone un subidón de adrenalina a tu equilibrio emocional.
Estate atentx con la opción que te impide intentarlo, sin llegar a tu límite solo por miedo a perder el control y el “qué dirán”.
Cada persona ha de saber en qué momento está y hasta donde está dispuestx a llegar. Cualquier opción te protege y te desestabiliza.
Recuerda que la libertad de escoger está en hacerlo conscientemente, sabiendo lo que es adecuado para nosotrxs y siendo responsables de la decisión.
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Me dedico a acompañar a personas del colectivo LGTBI, a través del coaching y la terapia, para ofrecer esa «otra manera». La manera en la que dejas de vivir la vida de otros para vivir la tuya.
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