¿Qué tal llevas las expectativas familiares?
En temas de Diversidad LGTBI+, el proceso familiar suele ser muy potente. Uno de los mayores motivos que desencadena estos problemas son las expectativas familiares.
Antes de continuar, quiero aclarar que este artículo va dirigido tanto a los familiares, como a las propias personas LGTBI+. Al fin y al cabo, todos vivimos de expectativas. Lo interesante es darnos cuenta cómo afectan a nuestra vida.
La expectativa es la película que nos montamos de cómo ha de finalizar un asunto, de cómo actuará una persona… en definitiva, de cómo van a suceder las cosas.
Es la historia que nos imaginamos sin tener en cuenta a nadie más. Es como hacer el guión de una peli sin tener en cuenta al director, a los actores, etc.
Estructuramos nuestra vida según nos la hemos imaginado y esperamos que todo el mundo cumpla con lo que yo considero que han de hacer.
¡Olvídalo! La gran mayoría de veces la realidad no se cumple como lo habías pensado e ideado.
El tema hijxs está cargadito de expectativas familiares: estudios, profesión y como no, dar por sentada la Orientación Sexual i/o Identidad de Género de lxs hijxs.
Tú tampoco te libras de las propias expectativas que te has montado. Para la mayoría de personas LGTBI+, la primera expectativa que cae como un castillo de naipes es en el momento que descubren su orientación sexual, se dan cuenta que no tiene nada que ver con lo que tenían en mente, con lo que les habían enseñado sobre el amor o las parejas o con la idea idílica de cómo ha de ser una familia.
Y ¿qué pasa cuando las expectativas familiares no se cumplen? Que llega la frustración y nunca viene sola; viene acompañada de la rabia, la tristeza, el miedo, etc. y como no han salido las cosas como preveíamos, nos cuestionamos a nosotrxs mismxs.
La frustración siempre ataca a nuestra autoestima y la autovaloración.
Por eso, la importancia de ser flexible ante las experiencias de la vida. Una cualidad, imprescindible y que se puede trabajar. ¡El poder de adaptación!
Algo general a tener en cuenta con las expectativas familiares
Según nuestra educación, nuestras creencias, nuestros valores… así serán nuestras expectativas.
Querer que todas las personas vean tu realidad como tú lo ves, es imposible.
Si no interiorizas esto seguirás en tu guerra particular, queriendo cambiar a lxs demás. Esta actitud te aleja en lugar de acercarte a tu ser querido.
Para las familias
Desde el momento que ya tenéis en mente ser mamás, papás…ya nacen las expectativas para vuestrx bebé.
Ya sé que, en el caso de los familiares es difícil ser flexible cuando crees que no van por el “buen camino”, pero la pregunta es ¿Qué es el “buen camino”?
¿Estudiar la carrera que tenían pensado para sus hijxs? ¿Tener la pareja que creen que sus hijxs se merecen? ¿Dedicar el tiempo suficiente a la familia como creen que deberían? ¿Tener una Orientación Sexual y/o Identidad de Género que no les conviene?…
Ya sé que hay excepciones en todo y hay comportamientos autodestructivos en los hijxs. El problema es cuando equiparamos esas actitudes autodestructivas con los ejemplos anteriores.
Y lanzo una última pregunta: Todo eso que intentan evitar que hagan sus hijxs, ¿lo hacen por ellxs o lo hacen por su propio bienestar?
Ojo con esta pregunta, porque no es tan evidente la respuesta.
En casos de Orientación Sexual y/o Identidad de Género, me encuentro familiares que se lo toman fatal y cuando lo miramos detenidamente en consulta, resulta que es más el malestar, las creencias, la vergüenza y el qué dirán del familiar que el hecho en sí.
Que sus hijxs sean del colectivo LGTBI+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans*, Intersexual, …) no quiere decir que no puedan conseguir un buen trabajo, una buena pareja, tener una estabilidad, tener hijxs y lo más importante: ser buenas personas y encontrar la felicidad. Con lo que cada unx entienda por “buenas personas” y “felicidad”.
Para las personas del colectivo LGTBI+
No conozco a nadie que no tenga o haya tenido expectativas familiares.
Una prueba de ello la vemos cuando alguien critica a sus familiares porque no está comportándose o reaccionando como esperaban de ellxs. ¡Ahí había una expectativa!
La empatía es necesaria para todo el mundo, estés en la posición que estés (evidentemente para los familiares también) y en procesos de Orientación Sexual y/o Identidad de Género se necesita mucha empatía.
Aun así, se cree que por el hecho de salir del armario todo el mundo te tiene que entender a la primera.
Sé que cuando quieres solucionar tu malestar y, además, te esfuerzas y expones públicamente, esperas que las personas de tu alrededor lo entiendan. ¡Otra expectativa!
No siempre el deseo se hace realidad y algo que ayuda a entenderlo es sacar y poner a trabajar a nuestra empatía.
Ponerte en el lugar de la otra persona (sin justificarla) pero sí, entendiendo que para esa persona también es un proceso. ¡La familia también tenía sus expectativas de cómo iba a ser la vida de su hijx!
En general, lo importante es que nos demos cuenta del peligro que tienen las expectativas. No tanto por tenerlas, si no por no ser flexibles antes la realidad que se hace presente. Por eso, el poder de adaptarnos y ser flexibles.
Hay algo claro y que se da en la gran mayoría de los casos: yo quiero lo mejor para mi familia y mi familia quiere lo mejor para mí.
A partir de aquí, intentemos las dos partes, ver más allá de lo que ven nuestras expectativas.
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Me dedico a acompañar a personas del colectivo LGTBI+ y a sus familiares, a través del coaching y la terapia Gestalt, para ofrecer esa «otra manera». La manera en la que dejas de vivir la vida de otros para vivir la tuya.
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