Autoconcepto ¿Te conoces lo suficiente o te estás engañando?
Cuando le preguntas a una persona “¿quién eres?”, normalmente su cara es un poema.
Cuando le preguntas a una persona “¿cómo eres?”, la cosa es más sencilla, aunque no para la mayoría.
La gente, en general, se conoce muy poco y tiene muy poco trabajado el autoconcepto (como nos percibimos y la opinión que tenemos de nosotros).
No olvidemos que, percibimos lo que estamos capacitados para percibir, lo que estamos capacitados para reconocer. Es por esto, que la misma experiencia vivida por varias personas, es totalmente diferente para cada una de ellas.
La mayoría de respuestas a las preguntas anteriores, están influenciadas por lo que nos han dicho desde pequeños, por la opinión que tienen los demás de nosotrxs en la actualidad o según nuestro estado de seguridad, realización y contexto.
Para mí el camino del bienestar, pasa por el camino del autoconocimiento.
Conocerse es algo maravilloso y es el primer paso para cambiar lo que no nos gusta de nosotrxs y potenciar lo que sí nos gusta.
Solo desde el saber puedo transformar lo que me está impidiendo estar bien en mi vida.
Escribo este artículo porque, habitualmente en las sesiones, veo el discurso que mucha gente tiene de sí mismxs: “Yo soy insegura” “soy exigente” “soy muy mental” ….
Son creencias muy bien estructuradas y que algunas de ellas son ciertas, pero otras no lo son, el problema es cuando dependemos de ellas para hacer nuestra vida.
Como he dicho antes, algunas vienen de nuestra infancia. De esas frases que nos han repetido continuamente nuestros progenitores o tutores.
Otras vienen de nuestras vivencias, de sentencias que nos han otorgado nuestras parejas, amigos y experiencias varias.
Vengan de donde vengan, lo interesante es descubrirlas y saber las que son ciertas y las que no lo son tanto y, sobre todo, que somos más que esa creencia.
Es sano darnos cuenta cuando un comportamiento o manera de hacer se ha convertido en una única realidad. Esto nos permite descubrir que hay muchas más realidades.
En temas de Diversidad Sexual y de Género, la imagen que puedas tener de ti mismx es fundamental para vivirla con naturalidad. El autoconcepto te define en tu día a día.
¿De qué sirve este saber?
Para que puedas cambiarlas o transformarlas.
Cuando hablo de cambiar una creencia, me refiero a esa que te está perjudicando en la actualidad.
Cuidado con esto, porque a veces queremos cambiar ideas, creencias, maneras de actuar, porque están mal vistas por algunos pero que a nosotros nos van bien. ¿Para qué cambiar algo que nos está siendo útil?
Lo que pasa es que evolucionamos y lo que en su día fue necesario y aprendiste como sistema de protección y/o seguridad, quizá ahora ya no te sirve. Si lo piensas bien, tiene muy poco sentido continuar con un aprendizaje que, más que ayudar, nos está impidiendo estar bien en la vida.
Es posible que seamos muchas de esas cosas que creemos ser, pero también somos otras. El problema es cuando le damos tanto valor a una, que anulamos el resto y no somos capaces de verlas.
¡Ojo! Las creencias y la percepción que tengamos, también son sentencias en nuestra vida.
Si tengo el concepto de que soy perezosa, es evidente que me afectará en las decisiones que tome y en los resultados de mi vida. Si este es tú caso, date cuenta de la cantidad de cosas que no empiezas o no terminas, por creer que eres así.
Cuando juzgamos como somos, nuestro comportamiento va acorde. Eso quiere decir que todo lo que hagas o dejes de hacer, dependerá de cómo crees que eres.
Si en la actualidad ya no te sirve, es momento de transformarlo.
Para dejar de justificarte
Este paso es importantísimo, más que nada porque es algo que muchísima gente hace o hemos hecho: utilizar nuestra creencia para justificarnos o excusarnos de no hacer el cambio.
“Me gustaría sentir más, pero como soy muy mental”, “no lo puedo cambiar, porque no tengo fuerza de voluntad”, “no conozco a gente nueva, porque soy muy seria” ….
Y atentos con las creencias que ya conocemos y tenemos detectadas, pero las seguimos utilizando como excusa: “es que cuando era pequeña mi madre me decía… y por eso soy así” “en cole, el profe me decía… y ahora soy así” …
Una cosa es dar un motivo y otro es justificarte o excusarte “porque yo soy…”.
Está bien saber que creencias te llevan a comportamientos que pueden ser un obstáculo para ti, pero utilizar eso como excusa para no hacerlo, es algo diferente.
El peligro de esto es que te lo repites tanto que te lo acabas creyendo. Seguramente porque te interesa creerlo. Te beneficia de algún modo.
Quizá alguien pueda pensar “¿Cómo me puede beneficiar algo que no es positivo para mí?” pues te aseguro que, si no has transformado la situación, es porque en algo te está beneficiando, aunque sea el miedo a lo nuevo por venir y tener la “falsa seguridad” de quedarte en lo que conoces.
¿Qué tal si dejas de repetirte ese juicio sobre ti que te sentencia y limita?
Un buen ejercicio sería levantarnos cada día como si nos hubieran reseteado la mente por la noche. Hablar en presente sobre nosotrxs, “hoy soy una persona alegre”, “hoy soy divertida” o “ahora estoy triste”.
Es una buena manera de no encasillarte y ser flexible a ser otras cosas que también eres.
Es dar apertura a otras maneras de ser, dejar de repetirme una sola verdad, dejar de juzgarme por ser algo diferente a mi creencia y ver todas las caras que tengo.
En definitiva, el autoconocimiento es fundamental para una vida sana. Del concepto que tengas de ti, así actuarás y así te encasillarás.
¿Te interesa evolucionar en este tema?
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Me dedico a acompañar a personas del colectivo LGTBI, a través del coaching y la terapia, principalmente para ofrecer esa «otra manera». La manera en la que dejas de vivir la vida de otros para vivir la tuya.
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